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Descubre cómo un ascensor pendiente puede transformar tu compra de vivienda y su valor

Por qué un ascensor “pendiente de aprobar” puede cambiarlo todo al comprar un piso #
Imagínate esto: encuentras un piso que te encanta. Buen precio, buena zona, pero… es un tercero sin ascensor. Y el agente o el propietario te suelta la famosa frase:
“Tranquilo, la comunidad está pensando poner ascensor, incluso ya se ha hablado en la junta”.
¿Te suena?
En Valencia y en muchas ciudades de España esto es el pan de cada día, sobre todo en barrios con fincas de los años 60, 70 y 80.
La gran pregunta es: ¿cómo afecta realmente un ascensor pendiente de aprobar al precio de compra de un piso?
¿Te beneficia? ¿Te perjudica? ¿Estás comprando una ganga o una futura fuente de derramas?
Vamos a desgranarlo con calma, pero sin tecnicismos pesados, y sobre todo, con la mirada de quien está en el mercado cada día, viendo cómo negocian compradores, vendedores y comunidades de propietarios.
El ascensor: de “lujo” a casi “necesidad” #
En muchas zonas de Valencia, como Patraix, Extramurs, Algirós, Benimaclet o parte de Camins al Grau, hay miles de fincas sin ascensor. Durante décadas se ha vivido “tan normal” subir a un tercero, cuarto o incluso quinto sin pensar demasiado.
Pero eso está cambiando, y a lo grande.
Cada vez hay más:
- Gente mayor que quiere seguir viviendo en su casa, pero ya no puede con las escaleras.
- Compradores que priorizan comodidad, accesibilidad y revalorización futura.
- Familias con carritos de bebé, bicicletas, compras grandes… que no quieren sufrir cada día.
Resultado: el ascensor ha pasado de ser “un extra” a ser casi un criterio de exclusión. Muchos compradores ni miran pisos sin ascensor a partir del segundo piso.
Esto influye directamente en los precios:
- Un piso con ascensor puede venderse claramente por encima de uno muy parecido sin ascensor.
- Un piso sin ascensor, pero con posibilidad real de instalarlo, se coloca en una especie de tierra de nadie:
no vale como uno con ascensor, pero tampoco como uno sin futuro.
Y ahí es donde entra en juego la famosa frase: “se está hablando de poner ascensor”.
Fases clave: no es lo mismo “hablar” que “aprobar” #
Cuando decimos “pendiente de aprobar” puede significar muchas cosas distintas. Y cada una afecta al valor de mercado de forma diferente.
Podemos dividir la situación en varias fases:
Fase 1: Solo es una idea #
En esta fase, lo único que existe es:
“En la finca se ha comentado poner ascensor”.
No hay proyecto, no hay presupuestos, no hay actas, no hay nada más allá de la conversación de escalera.
En términos de precio:
- El piso se sigue valorando como un piso sin ascensor, porque la realidad es que no hay nada en firme.
- El posible ascensor es más una ilusión que un argumento de valor.
- Cualquier comprador con experiencia lo va a tratar como algo “incierto” y no va a pagar más por ello.
En Valencia vemos esto a diario: vendedores que quieren subir el precio “porque se está hablando de ascensor”, y compradores que no entran en ese juego.
Conclusión clara: en esta fase, el ascensor no suma valor real, como mucho puede servir para que el comprador tenga una sensación de “algo de potencial”.
Fase 2: Hay proyecto, presupuestos, incluso informes técnicos #
Aquí la cosa ya se pone interesante.
En esta fase puede haber:
- Informe de un arquitecto o técnico diciendo que es viable instalar el ascensor.
- Presupuesto de una empresa de ascensores.
- Estudio de qué vecinos pagan cuánto, según coeficientes o acuerdos.
Esto ya cambia las reglas del juego.
El posible comprador ve que no es solo una idea vaga: hay números.
¿Qué ocurre con el precio?
- El piso sigue considerándose “sin ascensor”, pero con un valor potencial claro.
- Algunos compradores aceptan pagar algo más que por un piso sin ascensor en una finca donde no hay plan ninguno.
- Pero ese “algo más” siempre va ligado al miedo a la derrama.
La conversación típica en una negociación suele incluir frases como:
“Vale, me gusta que haya proyecto, pero yo voy a tener que pagar esa derrama. Eso ya forma parte del coste de compra, así que lo tengo en cuenta en el precio”.
Esto es clave: un comprador inteligente suma mentalmente el coste del ascensor al precio del piso.
Y a partir de ahí negocia.
Fase 3: Aprobación pendiente de votación en junta #
Esta es la fase en la que suele generarse más conflicto entre valor percibido por el vendedor y valor percibido por el comprador.
Situación típica:
- La comunidad ya ha recibido varios presupuestos.
- Se ha comentado con los vecinos.
- El presidente dice: “En la próxima junta lo votamos, hay bastante gente a favor”.
Suena muy bien, pero desde el punto de vista de un comprador, todavía no es una realidad.
Puede aprobarse… o puede torcerse en el último momento.
En la práctica, en Valencia vemos que:
- Muchos compradores son cautos: valoran la opción, pero no pagan como si el ascensor ya existiera.
- Algunos vendedores intentan defender que el piso “tiene futuro de ascensor” y suben el precio un poco.
- El punto medio suele estar en ajustar ligeramente al alza respecto a un piso sin ascensor y sin proyecto, pero sin llegar al precio de uno con ascensor.
Fase 4: Aprobado en junta, pero aún no instalado #
Aquí estamos ya en un escenario mucho más sólido.
Hay un acuerdo formal recogido en acta, donde consta:
- Que el ascensor se va a instalar.
- Qué empresa lo hará (en la mayoría de casos).
- Cuánto cuesta.
- Cómo se reparte el coste entre los vecinos.
- Si hay financiación, plazos, etc.
A nivel de valor de mercado, este es el punto donde el ascensor empieza realmente a subir el precio del piso, aunque todavía no exista físicamente.
Eso sí, con matices muy importantes:
- El comprador sabe que la comodidad y la revalorización llegarán, pero…
- También sabe que el que va a pagar (total o parcialmente) es él, cuando compre.
Aquí lo normal es que la negociación gire en torno a dos cifras:
- Precio del piso.
- Cuota o parte de derrama pendiente asociada al ascensor.
La clave está en cómo se reparten esos costes entre vendedor y comprador, y eso suele marcar la diferencia final de precio.
Lo que realmente mira un comprador experto #
Aunque el ascensor todavía no exista, un comprador avispado va a hacerse siempre las mismas preguntas:
¿Qué está aprobado exactamente? #
No basta con que el propietario diga “ya está aprobado”.
Hay que ver:
- El acta de la junta donde se aprueba el ascensor.
- El presupuesto aceptado.
- Las condiciones de pago.
- Si el acuerdo ha sido recurrido, impugnado o no.
Si todo está claro, el comprador se siente más seguro y está dispuesto a reconocer más valor.
Si solo hay promesas verbales, el mercado es implacable:
se paga como piso sin ascensor.
¿Cuánto me va a costar a mí? #
Este punto es muy emocional.
Imagina que vas a comprar un piso y te dicen:
“Oye, además del precio de compra, tendrás que pagar 12.000 € de derrama por el ascensor los próximos tres años”.
Eso impacta. Y mucho.
Psicológicamente el comprador no piensa solo en el valor futuro, piensa:
“Me va a tocar rascarme el bolsillo, y bien”.
Por eso, la instalación pendiente de un ascensor puede tener dos efectos opuestos en el precio percibido:
- Aumenta el valor potencial a medio plazo.
- Pero a corto plazo, muchos compradores lo ven como una carga económica.
La magia está en cómo se gestiona ese equilibrio en la negociación.
¿Cuándo estará realmente instalado? #
No es lo mismo un ascensor:
- Con obra ya planificada para empezar en dos meses.
- Que uno aprobado, pero con plazos vagos y sin fecha firme.
El tiempo es clave porque:
- Hasta que no esté instalado, el piso se sigue viviendo como un tercero o cuarto sin ascensor.
- Eso influye en la decisión de compra de personas mayores, familias con movilidad reducida, etc.
Cuanto más claro y cercano esté el inicio de las obras, más tiende el comprador a aceptar que el piso ya tiene un valor más cercano al de uno con ascensor.
Cómo influye en la valoración económica: números claros #
Veamos un ejemplo simplificado para entender cómo piensa el mercado.
Imagina un edificio típico en Valencia ciudad.
| Característica | Piso A (sin ascensor ni proyecto) | Piso B (ascensor aprobado, derrama pendiente) |
|---|---|---|
| Planta | 3º | 3º |
| Ascensor | No | Aprobado, aún sin instalar |
| Precio de inicio que pide el vendedor | 140.000 € | 160.000 € |
| Derrama pendiente por propietario | 0 € | 10.000 € |
Cuando llega el comprador, hace este cálculo mental:
- Piso A: piso sin ascensor, sabe que probablemente seguirá así muchos años. Lo negocia quizá a 130.000 € o 135.000 €.
- Piso B: ve que tendrá ascensor, pero también que tendrá que pagar 10.000 € tarde o temprano.
Si hace un cálculo racional, le sale:
- Valor del piso: 160.000 €
- Más 10.000 € de derrama
- Coste real: 170.000 €
¿Qué hace el comprador entonces?
Negocia.
“Si yo voy a pagar esa derrama, el precio del piso tiene que bajar. No voy a asumir yo todo el coste y además pagarte como si ya estuviera todo hecho”.
Lo más habitual es que el mercado acabe ajustando así:
- El piso B se venda quizás por 150.000 € - 155.000 €
- El comprador asume los 10.000 € de derrama
- Coste final real para el comprador: 160.000 € - 165.000 €
Conclusión práctica:
El ascensor aprobado sube el valor del piso, pero rara vez el vendedor consigue trasladar el 100 % de esa revalorización a su bolsillo si el comprador aún tiene que pagar toda la derrama.
El gran choque: expectativas del vendedor vs realidad del comprador #
En las ventas de pisos en fincas donde se habla de instalar un ascensor, vemos siempre el mismo choque:
-
El vendedor piensa:
“Con ascensor este piso valdrá mucho más. Ya lo estamos tramitando. Yo quiero venderlo caro, como si ese valor ya estuviera ahí”. -
El comprador piensa:
“Yo aún no tengo ascensor, y encima tendré que pagar por él. Si te pago a ti como si ya estuviera acabado, estoy pagando dos veces”.
El resultado es una especie de tira y afloja constante.
Lo más inteligente, y lo que mejor funciona en la práctica, es que el vendedor entienda que:
- No puede vender al precio de un piso con ascensor completamente instalado, si la obra todavía no está hecha.
- Pero sí puede defender un precio mejor que el de un piso sin ascensor ni proyecto, siempre que exista documentación sólida, actas y acuerdos firmes.
Al final, el mercado premia la claridad:
- Claridad en lo que está aprobado.
- Claridad en lo que falta por pagar.
- Claridad en los plazos.
Cómo cambia el perfil del comprador según haya ascensor pendiente o no #
Esto también es muy interesante.
Cuando no hay ascensor ni perspectivas #
El perfil típico de comprador de un tercero o cuarto sin ascensor, y sin proyecto, suele ser:
- Gente joven que prioriza precio por encima de comodidad.
- Inversores que quieren rentabilidad a costa de comprar más barato.
- Personas que no tienen problema con las escaleras y ven oportunidad.
Este tipo de piso se vende más por precio que por “vida cómoda”.
La demanda es más limitada, sobre todo a partir de ciertas edades.
Cuando el ascensor está aprobado o muy encaminado #
El perfil ya se abre:
- Parejas jóvenes que piensan a largo plazo y valoran la futura comodidad.
- Personas de mediana edad que no quieren renunciar a vivir sin ascensor “para siempre”.
- Inversores que ven una revalorización clara del activo una vez instalado el ascensor.
- Compradores que buscan algo para un futuro jubilación, pero que ahora aún pueden subir escaleras.
La demanda aumenta, y con más demanda, el valor también tiende a subir.
Sin embargo, esa subida solo se consolida de verdad cuando:
- El proyecto está aprobado.
- La derrama está clara.
- La obra se percibe como algo “seguro”.
Beneficios claros para quien compra con ascensor pendiente de instalar #
Si estás valorando comprar un piso en una finca donde el ascensor está pendiente de aprobar, o ya aprobado pero aún no instalado, es normal que tengas dudas.
Pero también hay oportunidades muy interesantes si sabes mirar bien.
Algunos beneficios a medio plazo:
1. Revalorización futura
Un piso que hoy compras como “tercero sin ascensor” puede convertirse en “tercero con ascensor” en pocos años.
Eso, en mercados como Valencia, puede suponer una diferencia de valor importante en el futuro.
2. Más facilidad de venta en el futuro
Vender un piso con ascensor es muchísimo más fácil.
Te abre el abanico a muchos más compradores: personas mayores, familias con carritos, gente que planea envejecer en la vivienda, etc.
3. Mejor calidad de vida
No es solo una cuestión económica.
Subir la compra del supermercado, una maleta, un niño dormido o simplemente llegar cansado del trabajo… con ascensor, la vida es otra cosa.
4. Posición ventajosa para negociar hoy
Mientras el ascensor aún no esté instalado, el comprador puede usar la derrama pendiente, la incertidumbre o los plazos como argumentos para bajar el precio de compra.
Y si lo hace bien, puede adquirir un piso con gran potencial a un precio muy atractivo.
Riesgos y puntos de atención antes de lanzarte #
No todo son ventajas.
También hay riesgos a tener muy presentes para no equivocarte:
- Que el proyecto no esté tan avanzado como te dicen.
- Que el coste final de la obra suba respecto a los presupuestos iniciales.
- Que haya vecinos que impugnen acuerdos o pongan trabas.
- Que la obra se retrase, y sigas años subiendo escaleras mientras pagas la derrama.
Por eso, si quieres que la decisión de compra sea sólida, es fundamental:
- Pedir y revisar todas las actas de la comunidad recientes.
- Ver presupuestos aprobados, condiciones y reparto de costes.
- Preguntar al administrador de fincas, no solo al propietario.
- Entender exactamente cuánto tendrás que pagar tú y en qué plazos.
Cuanta más información tengas, menos te dejarás llevar por promesas vagas.
Estrategias de negociación cuando hay un ascensor pendiente #
Aquí viene una parte muy práctica que, si la aplicas, puede marcar la diferencia en miles de euros.
Si eres comprador #
Tú siempre puedes jugar con dos cartas muy fuertes:
-
El coste de la derrama
Deja muy claro que para ti forma parte del coste total de adquisición.
Si vas a pagar el ascensor, lo lógico es que eso se refleje en el precio de compra. -
La incertidumbre temporal
Mientras no esté instalado, tú sigues comprando y viviendo en un piso sin ascensor.
Eso justifica no pagar como si el ascensor ya estuviera funcionando.
Plantea la negociación con frases del tipo:
“Entiendo el potencial que tendrá este piso con ascensor, y eso para mí es interesante. Pero también soy yo quien va a asumir la derrama y el tiempo de espera. Por eso, el precio que puedo pagar hoy es este”.
Si eres vendedor #
Si vendes un piso en una finca donde el ascensor está pendiente de aprobar o recién aprobado, te interesa:
- Tener toda la documentación preparada: actas, presupuestos, acuerdos.
- Transmitir seguridad: que se note que el proyecto va en serio, que no es humo.
- Aceptar que el comprador va a usar la derrama como argumento de negociación.
Una buena estrategia puede ser:
- Diferenciar claramente en la negociación “precio de venta” y “derrama”.
- Estar dispuesto, si el mercado lo exige, a asumir tú una parte de esa derrama, ya sea bajando algo el precio, o incluso dejando pagadas algunas cuotas antes de la venta.
Cuanto más transparente seas, más fácil será que el comprador perciba el valor real del futuro ascensor y se anime a pagar un poco más que por un piso sin ese potencial.
Conclusión: el ascensor pendiente de aprobar sí afecta, y mucho, al precio… pero no como muchos piensan #
La instalación de un ascensor pendiente de aprobar o en fase de aprobación no es un detalle menor.
En el mercado inmobiliario, sobre todo en ciudades como Valencia, puede marcar la diferencia entre:
- Un piso que se queda tiempo sin vender.
- Y un piso que despierta interés porque tiene un futuro claramente mejor que su presente.
Resumiendo la idea clave:
- Mientras el ascensor no esté instalado, el piso no puede valorarse igual que uno que ya lo tiene.
- Pero cuando hay un proyecto serio, aprobado y con costes claros, el mercado empieza a reconocerle un valor adicional real.
- El equilibrio final depende de cómo se repartan el coste y el beneficio entre quien vende y quien compra.
Si estás pensando en comprar o vender un piso en una finca donde se está hablando de ascensor, el detalle no es menor.
Analiza los documentos, entiende bien las cifras, usa esa información en la negociación… y verás cómo un “ascensor pendiente de aprobar” puede ser, según cómo lo gestiones, o bien un problema, o bien una gran oportunidad.
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